jueves, 24 de octubre de 2013

Cuento: "INICIATIVAS" (#Ojosdebuho)

Desadaptado, eso aparentaba, o por lo menos no lo era. Siempre pegado a la ventana y dedicándose a escuchar las puertas abrir y cerrarse, las fiestas de casas madrugadoras y ladridos de animales. De todos los sonidos le prestaba más atención a aquellos que ya conocía. Como la de esa puerta que alguna vez lo dejo pasar tal vez.  Esa puerta se abrió y él se levantó de la nada, sin mangas y con frío salió a la pista y apuró el paso. Sabía que voltearía e irían dos cuadras más abajo.

Pasaron por la tintorería, la peluquería, la librería, el colegio, la farmacia, el casino y aún no podía alcanzarla. Vagamente intentó recordar si es que alguna vez la había visto irse tan lejos, y sola esta vez. A él esto no le importó, siguió su camino, o más bien, el de ella originalmente. Al igual que las ideas, siempre eran de ella. La idea de encontrarse, la idea de llamarse, la idea de salir a algún lado, la idea de ir a su casa. Esa idea que hizo que se haga del rogar y que ella terminara haciéndole una pregunta que lo cambiaría a él, por poco tiempo tal vez, pero lo haría.

Mientras iban para la avenida sin saber él a donde se dirigían esos zapatos, que formaban parte de su vestimenta, que formaban parte de ella. Él alguna vez la había ido a recoger de sus estudios y le había criticado. Su manera de andar, su manera de vestir, hasta su físico ciertas veces. El ya reconocía lo que hizo, reconoció que a ella no le importó verdaderamente ninguno de sus prejuicios con tal de estar con él. Había veces en las que esto parecía no ser posible, pero siempre supieron arreglarlo y salir caminando. Como en ese momento, la única diferencia es que no estaban caminando juntos, no esta vez. Él la estaba siguiendo, no para manipularla, como ella siempre pensó, sino para protegerla, según él.

Para el, la calle y su respiración se acababan. Para ella, el final de su trayecto parecía ser infinito. Él se detuvo y gritó que la amaba. Ella volteó, pero el ya no estaba.  Él tuvo que volver, corriendo esta vez. Cruzó toda la avenida, pasó por la tintorería, la peluquería, la librería, el colegio, la farmacia, el casino hasta que volvió a su casa. Volvió a meterse en su cuarto, se volvió a pegar a la ventana hasta que escuchó abrir su puerta otra vez. Volvió a salir corriendo, desabrigado, tan solo para ver su cabello entrando a esa puerta. Esa puerta que definió alguna vez su lugar, sus canciones y lo que eran. Esos momentos que lo marcaron en los que eran únicos entre sí mismos, cuando la casa no era suya. Ahora si es de ella, y es que ha crecido, se ha casado y tiene una familia.


Él sigue esperando por ella, aunque sabe que por más que la escuche o la vea en algún lugar ya perdió su oportunidad. Nunca le volvió a decir nada, tan solo se acuerda de cuando él le sacaba celos o no le respondía. Ella no lo tomaba muy apego, pero él no podía soportar eso. Y así, vivió, si puede decirse así, pegado a la ventana.




miércoles, 26 de junio de 2013

Amor a primera mirada (*Crónica del asiento vacío*)


Disfruto mucho del cine. Me encanta ver las historias frente a mí y apreciarlas totalmente. Veo de todo: drama, acción, comedia, etc. Los cortometrajes no se quedan fuera, me encantan. Particularmente uno animado de Disney que vi y realmente lo valoré mucho. Paperman es un cortometraje animado de esta productora, lo que realmente pude rescatar fue la historia.  Son dos personas desconocidas que con tan solo una mirada ya saben que son el uno para el otro.


Cuando la vi, creí que iba a ser de esas románticas imposibles. El final realmente me sorprendió y encantó. Me quedé sumamente identificado como, creo yo, todos los que están leyendo esto ahorita. ¿Quién nunca ha visto a alguien que le ha parecido atractiv@?  Todos alguna vez hemos visto a alguien y nos hemos quedado observándol@ por un buen rato hasta que nos descubran y tengamos que desviar la mirada. Pues sí señores, eso es el amor a primera mirada (como lo digo yo).


 
Para explicarles mejor se los contaré en un breve relato que escribí, el cuál se llama "Crónica del asiento vacío". Es algo largo pero creo que lo disfrutaran mucho, aquí les va:
 
"Ya estaba tarde. Tenía que llegar rápido a mi casa, me esperaban muchas cosas por hacer, todas ellas sin sentido. Tomé el primer carro que pasó para irme a mi casa. Tuve que subir dos escalones y atravesar al cobrador para poder verte. Estabas mirando hacia la ventana sin ninguna manera particular, solamente tus ojos brillantes y redondos mirando hacia el mañana. Lo único que quería hacer era seguirte viendo, pero el carro comenzó a avanzar y creo que tu empezaste a sospechar de mi mirada en ti. Entre empujones y miradas lo vi, era el asiento junto a ti, sin ningún pasajero que lo ocupase. Rápidamente me acerqué y lo usé. Fue el momento en el que pude verte mejor, verte a ti, ver tus ojos. Volteaba a cada rato para evitar que notes mi admiración por ti. Fue un largo camino, pero cortos los momentos que tenía para ti. Llegué a mi paradero sin que me hubieras notado, sin que pudiera decirte un Hola, sin que pudiera haberte dado algo. Me di cuenta de que lo que realmente deseaba obtener eran tus ojos y tu mirada. Sin embargo me quedé con tu recuerdo, y con ese asiento vacío que le dio sentido a mi vida."

*Para los que quieran ver PAPERMAN - Disney (c):  http://www.youtube.com/watch?v=HSxJkKiHXbw

 
 

jueves, 30 de mayo de 2013

Cómo conseguir tus sueños sin dormir


Como dice en la imagen: "No dejes a tus sueños como sueños". Me acuerdo aquellos días cuando era un niño. Siempre veía a mis amigos diciendo lo que querían ser: bomberos, policías, doctores, científicos, detectives. Entre niños entendíamos nuestras locuras y nos poníamos a imaginar ser lo que para nosotros significaba más que algo infantil. Para mi, significaba un sueño, significaba mi vida. Desde siempre me gustó el teatro y el cine. Me acuerdo que, cuando mis papás no estaban, agarraba el micrófono, imitaba al presentador de los premios del cine y me autopremiaba. Definitivamente a algunos les parecerá tonto, pero a esa edad es cuando más debes ser tu para  perseguir lo que quieres.

En ese entonces yo salía en cuanta obra podía. Me ilusionaba con llegar a un escenario de verdad, tal vez frente a una cámara demostrando mi talento. Tuve la suerte de ir a un colegio donde ,para cada día festivo, se alquilaba un teatro inmenso y se hacían las presentaciones. Salía en varias obas, a veces como narrador, protagonista. A veces en inglés. A veces muriendo entre risas. Me encantaba.

Tuve que salir de ese colegio, porque era demasiado pequeño. Hasta ese entonces para mí significaba una pérdida, hasta que conocí también el mundo del cine y me enamoré por completo del mundo de la actuación.

Mi sueño ahora es estudiar Artes Escénicas y Comunicaciones para conseguir mi sueño. Muchos me dicen que jamás lo lograré, que no tendré un espacio para trabajar. En esos momentos solo recuerdo lo que siempre me dice mi padre cuando le hablo sobre la universidad: " Sé lo que quieras ser y yo siempre te apoyaré. Así seas un barrendero ó un limpiatechos, sé el mejor de todos y con eso estaré orgulloso."

Algún día levantarás ese premio, algún día te verás en la tele, algún día construirás esa casa, algún día obtendrás eso que anhelas. Este puede ser mi ejemplo, como puede ser el tuyo. Sea cual sea, lo que importa es cumplirlos y no despertarnos nunca.


Ojos de Búho a los 9 años interpretando al Gigante Egoísta.

sábado, 25 de mayo de 2013

Mi inspiración a ser lo que soy

 
Yo tenía a mi persona favorita en este mundo. Se llamaba Clelia Guerra, de cariño le decía Mamita Clelia. Mamita siempre se preocupaba por mí. Nunca me faltaba nada cuando estaba a su lado. Me compraba los caramelos que mamá no me dejaba comer, me protegía cuando mi mamá venía alistando su correa y tirándola para todos lados, me compraba libros. Era profesora. Aprendí a leer a los 3 y 4 años gracias a ella. Casi nadie aprende a esa edad y para ella era un reto tremendo. Se desvelaba contándome historias, peinándome, haciéndome ver al mundo de un manera diferente. Ella es la inspiración a ser lo que soy. Siempre le escribía cuentos, cartas. Algunas veces le cantaba canciones que yo mismo hacía. Disfrute escribiendo, porque todo era para ella. Todo iba muy bien, hasta que llego el día que me tuvo que contar una historia muy triste: la llegada de la despedida. Ella falleció de cáncer cuando yo todavía era pequeño, tendría unos 8 ó 9 años. Antes de que pasará se cansaba mucho, y ya no podía contarme historias. Yo leía para ella, hasta que no pudo oírme más. Cuando dejé de verla preguntaba donde estaba y todos me respondían: "Está de viaje". Yo no dudaba de eso, hasta que pude saber lo que realmente había pasado. Recuerdo la última historia que me contó y el último libro que sostuvo frente a mí. Ella era todo para mi, hasta ahora es, mi persona favorita de este mundo. Y ,como dice en el libro que ella me leía: "No te olvides de mí".
 
Ojos de Búho y Mamita después de haber bailado Axe Bahía


Ojos de búho y Mamita

jueves, 23 de mayo de 2013

Una cápsula del tiempo

Me acuerdo de mi infancia perfectamente. Lograba hacer todo lo que podía, y no me importaba nada más que mi felicidad. No me importaba como iba vestido, ni lo que hacía (a veces si), la opinión de las personas sobre mí nunca las escuchaba. Lo que a mi me importaba en ese entonces era ser feliz y tener una caja de colores siempre a la mano. De seguro  la mayoría se acuerda de su infancia como un proceso largo, donde cada uno tenía sus ocurrencias. Yo también tengo las mías. Les contare una, a ver si se animan a ver que sucede conmigo:

Yo tendría unos 5 o 6 años. Vivía en la misma casa en la que estoy ahora, en el Callao. Vivía con mi mamá, mi abuelita y mi papá (mi hermano en ese entonces no nacía). Mi mmá estaba más en casa que ahora, ella se encargaba de lavar la ropa siempre. Yo, cumplía como niño y la dejaba toda mugrienta. Ella siempre lavaba, hasta que un día se canso de tanta ropa cochina mía y me dijo :"No me vuelvas a ensuciar la ropa o sino te va  caer". Típico. En ese entonces yo lo tomé muy enserio, hasta que un día no pude  más y ensucié el polo. Sabía lo que me esperaba: gritos y correa. Decidí hacer algo que, ahora lo consideraría tonto, corte la parte manchada de mi polo para que mi mamá "no se diera cuenta". Luego de eso, escondí el polo debajo de mi cama y me lo cambié por otro. Al verme mi madre me preguntó porque me había cambiado de polo así por así. Y, usando su instinto de madre, lo encontró debajo de la cama. Si no hubiera sido por mi abuelita hubiera terminado escuhando unos gritos de mamá, ella solo me castigaba asi, nunca me hacia nada.

Ahora díganme: ¿Quién nunca dibujo al sol en una esquina del papel? ¿Quién nunca puso un interruptor en el medio para ver que pasaba? ¿Quién nunca le tuvo miedo a algo? ¿Quién nunca jugó a las escondidas? ¿Quién nunca compraba estampitas para llenar un albúm? ¿Quién nunca hizo su prpia mezcla para hacer burbujas? La infancia es todo eso y mucho más.

Entonces, ¿alguno de ustedes ya identifico una locura infantil? Todos lo hemos tenido créanme. Servirá para reírnos algún día.

Ojos de Búho prendiendo a caminar...con los zapatos en la mano

Ojos de Búho con su nueva perrita: la paca

 
Ojos de Búho estrenando cuarto y aprovechando para sonreir

miércoles, 22 de mayo de 2013

Un infierno en cuatro ruedas

Como varios dicen: "Para que haya un arcoíris, primero debe llover", esta frase se adecua a mi situación. No es que le tenga miedo a las combis, o que no quiera subirme por pitucosidad (nada que ver conmigo) sino que es incómodo y sales peor que vagabundo de esquina si no has estado sentado.

Así me pasó cuando regresaba a mi casa, acababa de estudiar el present simple, la verdad es que me llamó la atención, después de que el profesor pusiera un ejemplo de dos chicos perreando: They are perreing (en spanglish por supuesto). Luego de un par de bromas más salí hasta el paradero y esperé mi carro. Me voy hasta el Callao, así que vendrá lleno. Cuando al final llega uno me di cuenta que había acertado, estaba demasiado lleno que no entraba ni una respiración más y encima el cobrador seguía haciendo subir a más gente.

Cuando subí me acomode en un espacio pequeño, el cual fue invadido por varias personas después. Me sentía manoseado, acosado y con unas ganas tremendas de tirar al cobrador por la ventana. En ese momento yo estaba con mi maleta a un lado, con casaca en mano y un pie en desnivel con el otro. En eso una señora sube al carro. Cuando la vi me sorprendió su apariencia, venía en un vestido color carmín, unos zapatos de tacón mas grandes que yo y unas gafas de sol. No parecía que estuviera en la tercera edad. Empezó a caminar tambaleante por el bus y botó a varias personas en su camino solo para llegar al fondo. Si, entre esas personas estaba yo. Nisiquiera me caí, había tanta gente que era imposible.

La señora se ponía a observar a todos por encima de sus lentes de sol. Con esos tacones a lo chola chabuca no me sorprendería si se cae. La combi comenzó a avanzar otra vez, estuve como 15 minutos asi, que no podía ni sentir mis extremidades. La señora iba bien agarrada al tubo de fierro para las que iban parados, pero en eso pasamos por un bache, justo cuando la señor estaba revisando su cartera. La señora se resbala y hace caer a varias personas, incluyéndome a mi. Todas mis cosas se habían desparramado, a una chica se le había caído sus papeles , a un señor con cara gruñona se le perdió el celular, y un señor con una botella de gaseosa se mojó completito.

Luego de eso, no se si para bien o mal, la señora había perdido sus zapatos. Con el resbaladón que se dió no me sorprende, ya que se hizo una vuelta completa y termino tirada al piso de la combi. Tenía una esperanza macabra de que al cobrador le haya caído uno de sus zapatos en la cara, para que aprenda a no hacer subir a más gente de la que ya hay, creo que después de eso añadió a la lista de cosas que no pueden entrar a los tacones de gran tamaño. Ese día no fue el mejor, pero esa combi, de echo, era un infierno en cuatro ruedas .

¿A cuantos les ha pasado esto? No soy el único, eso lo sé. La señora me lo dijo.

lunes, 8 de abril de 2013

La gente muy gente

Tal vez vallas a la calle y te encuentres con personas que no veías desde hace tiempo, puedes saludarlas, conversarles y hasta darte un abrazo con ellos. Si tienes suerte esa persona no habrá cambiado, seguirá siendo la misma persona alegre, extrovertida, divertida que conociste hace mucho. Por otro lado,si la suerte no está de tu lado, esa persona habrá cambiado radicalmente y se habrá vuelto muy gente .

Algo así me pasó una vez. En esos momentos en lo que no tienes nada que hacer, solamente esperar a que el reloj marque una hora determinada para hacer algo, tienes ganas de usar tu tiempo de ocio al máximo. Ese fue mi caso, me fui al Mall Aventura Plaza, que queda solamente a cuatro cuadras de mi casa. Es un centro comercial muy amplio, y, aunque no tiene muchas cosas, me siento cómodo ahí.

Quedé en encontrarme con algunos amigos para ir a algún lugar moderno, así como el Starbucks. Para pasar el rato y tomar algo caliente, hacía mucho frío. Salí a las cuatro de la tarde, dejando una nota en mi casa y una cama sin hacer. Al llegar me senté en una de las bancas y esperé, había quedado para las 4:45, esperaba hacer tiempo paseándome y lo hice.

Entre una de mis vueltas por el centro comercial, me encontré con Clara. Estudié con Clara durante tres años en una pequeña escuela primaria, luego me cambie por razones personales. Estaba muy cambiada, lucía un jean moderno, una blusa turquesa y llevaba mucho maquillaje en la cara. Se notaba algo cansada y estaba americanizada. Por su rostro no parecía muy contenta de verme. Iba a decirle que parecía payaso, pero creí que no iba a ser muy cortés de mi parte.

-¿Que estás haciendo ahora Clara? A los tiempos que no te veo.
-Bueno, la verdad es que ahora estoy muy ocupada, estoy de viaje en viaje, intentando encontrar algo que busco. Algo nuevo, y moderno.
-¿Qué exactamente?
-Una oportunidad de trabajo, he oído que han habido pruebas aquí, pero esto no se compara con el extranjero.
-¿Pruebas?
-Claro, ósea ,quiero viajar para mostrar mi verdadero yo, siendo una gran modelo. ¿Y tu Tomás?
-Sigo estudiando.
-Yo ya acabe eso hace años, bueno, en verdad lo deje, no estoy lista para eso.
-Ah ya

En eso suena su teléfono, ella contesta y se va para un lado, pensaría que iba a colgar y despedirse de mi. Cualquiera pensaría eso, pero en verdad no lo hizo, se siguió alejando hasta que doblo la esquina de una tienda de helados, y desapareció.

Clara me dejo pensando, luego reafirme mi pensamiento de la gente es muy gente cuando me dí cuenta de lo que pasa realmente a las personas como yo. No es que diga que todas las personas son así, sino que cada uno debe ver a que se dispone y que piensa hacer. Hasta ahora me doy cuenta que la gente es muy gente.